lunes, 15 de octubre de 2012

En carretilla sobre el Niágara


IMAGEN Y PARABOLA

En  carretilla sobre el Niágara
Esteban Puig T

La noticia conmocionó a todo el Pueblo. Un acróbata caminaría sobre un cable tendido sobre las cataratas del Niágara. El día señalado, a ambos lados de la catarata, se había reunido una multitud de personas ansiosas de ver cómo  cruzaría de un lado al otro, sobre un simple cable.  Salió el acróbata ante un silencio profundo de la multitud, sólo roto por el estruendo y fragor de las aguas que, en caída libre, en gigantescas cascadas blancas, retumbaban con ruido de mil  truenos. El acróbata con la pértiga en las manos, subió sobre el cable tendido de un lado a otro sobre las cataratas. Comenzó a caminar. Avanzando con la pértiga manteniéndose en precario equilibrio. La gente tenía  un nudo en la garganta con una expectativa próximo al grito si es que se caía. Fue avanzando con paso lento y medido.  Se paraba de cuando en cuando. Los vientos mecían el cable peligrosamente. Anduvo un poco más… y un grito de sorpresa y admiración se escapó de todas las gargantas cuando  el acróbata salto del cable la roca del otro lado. Los aplausos no paraban. Levantó la mano y pidió silencio. Con un altavoz preguntó: -¿Han visto Uds. cómo he cruzado limpiamente de un lado al otro con la pértiga de apoyo?. Pues ahora volveré a pasar al otro lado sin la pértiga. Traspasó al otro lado sólo con el equilibrio de los brazos en cruz. El público prorrumpió en estruendosos aplausos. . Volvió a pregunta: -¿Han visto cómo he pasado por encima de la catarata sin pértiga y sólo con las manos? -¡¡S!!, resonó   por  el aire el grito estentóreo de la multitud.. –Pues para que vean mis aptitudes y cualidades  voy a cruzarlo con una carretilla llena de ladrillos. Dicho y hecho. La gente no se lo creía. .¿Pasará por el cable con una carretilla llena de ladrillos? ¡Inverosímil!. Pues si…y así llegó al otro lado sin dificultad. La gente gritaba y aplaudía ante tal proeza. Levantó la mano y un gran silencio se hizo. Tomó el  megáfono en sus manos. Miró a la multitud y les dijo: -¿Han visto que paso una y otra vez atravesando la catarata con pértiga, sin ella y con la carretilla con ladrillos? ¿Han visto cómo cruzo de un lado a otro con seguridad y sin caerme? ¿Tiene confianza en mí que volvería a pasar con contratiempos ni caídas?   -¡¡Si!! coreaba la muchedumbre como enloquecida. -Bien. Si tienen confianza en mi…¿alguien de Uds. quiere subir a la carretilla?. Silencio. Nadie contestaba. -Pero, ¿no decían que era capaz de pasar por el cable una y otra vez sin peligro y total seguridad? Pues, repito, ¿alguien quiere subir a la carretilla? Nada. 

Del dicho al hecho va un trecho. Una cosa es decir si y otra decir no. De la voluntad a la acción el camino es muy largo y nunca se quiere andarlo. Si, si pero… cuando en la vida hay dolores que nos aplastan como  entre dos planchas de plomo o nos desmoronan con una enfermedad terminal  o un suceso desesperante y lacerante, resuena en nuestra conciencia la voz de Dios sí, de Dios no de un fantasma que nos dice: -“¡Sube a la carretilla, no tengas miedo. Confía en mi”, pueda que nos metamos las manos en los bolsillos, silbando, siguiendo caminando risueños e indiferentes diciendo:“Es que yo…” Bueno si, pero…” “Ya, pero…” ¡Ya está!. La evasiva, sonsa, displicente, atolondrada, comodona de siempre. ¡Falta decisión y carácter! ¡Amor!.que es el motor de todas las actividades nobles y sanas.